miércoles, 13 de agosto de 2008

Jornadas andinas de literatura latinoamericana


por si les interresa alguna charla.

viernes, 8 de agosto de 2008

Atletas:

El próximo viernes es feriado, razón por la cual podríamos -si les parece- juntarnos el jueves para ver esa joya del cine nipón que se llama "After life".
La idea es que nos juntemos antes para que no nos echen de la sala de cine.
La pantalla y las butacas son bastante cómodas, hay cojincitos y se pueden echar en el suelo los que quieran estar más cómodos. También pueden traer un termo con té, o su lata de cerveza o un cooler color naranja lleno de paceñas y cuzqueñas o su petaquita y adentro se puede fumar y comer cabritas o nachos o lo que sea. Lo importante es que hagan algún apuntes o dejar que la película cuaje lentamente en su alma, fermente de a poco en sus excelsas sensilibidades de vates y trovatrices.

Así que el lunes lee Victor y Tte Yávar, pero el lunes también tenemos que ponernos de acuerdo para ver la peli entre todos. Los que no puedasn asistir, porfa traigan un DVD virgen.

¿Alguien me puede mandar todos los poemas de las imágenes?

Recuerden que la segunda vuelta es la de las pepas de oro y los diamantes, y leen varios en una sola sesión. Cuatro poemas, y los demás seleccionamos tres.


Saludos,

El lelo (mendigo andante)

Le di una vuelta a la villa
la cerro 15, de calles flotantes
en aquellos años era la – 15,
la inflación corroe

“las putas perdían sus dientes de oro en los bares
como todos los días, observaba una bronca
todos salían del bar como moscas en caca fresca
se murmuraba una muerte, pensé en mis ariscas putitas,
las que amé, borracho y en mi mente
las que paseaban su culo como la Bolocco en los ochenta

entre bala y bala, los capos de la villa a alguien se hecharon
seguramente venganza, “así son los giles, movios por gueás del pasao”
pero el más gil pierde, y no hay más gil que quedarse parao
mirando la tole tole, y que te llegue un disparo en la guata
por fin llena de algo”.

martes, 5 de agosto de 2008

Atletas: Beijing se acerca.

El viernes vamos a ver la película de Hirokazu Kore Eda. Tienen que hacer sus apuntes en la oscuridad de la sala de cine y luego ver cómo van a abordar un pequeño poema sobre la película.
Hay algunos que no pueden venir el viernes, Traigan dvd’s vírgenes el miércoles para realizar las copias respectivas.
El miércoles leen dos personas. Ya quedan muy pocos sin leer. La segunda ronda va a ser más rápida y más breve, con mirar a seleccionar dos o tres poemas de cada uno de ustedes.
Envíen a la bevedad la imagen más el texto,.
Espero que los roces --si los hubiere, yo les hago el quite-- sean acerca de los poemas y con miras a mejorarlos y disfrutarlos y explicarlos y entenderlos.
El viernes si quieren lleven -muy piola eso sí- alñgo para beber durante la función (sin aspavientos, piola, no está permitido pero pueden llevar sus cocacolas o sus latas o su petaquita, pero sin cuática).

Gonzalo Geraldo prometió un librito para fotocopiar, ojalá que lo traiga.

Saludos a todos,

g

"Niñas" de Sergio Larrain


lunes, 4 de agosto de 2008

"Hearse" de Robert Frank

domingo, 3 de agosto de 2008

Notificación

Muchachos:

Como Germán viaja a México, gracias a una beca ganada, tendremos que recuperar clases. A petición de nuestro queridisisisisísimo profesor les pregunto si están de acuerdo con tener sesiones los días lunes, miércoles y viernes.
Les ruego comentar bajo este post sus apreciaciones al respecto.
Un abrazo a todos y nos vemos el lunes
A.

Por favor, si pueden, háganme llegar a mi o a Carlos las imágenes que van a utilizar para sus poemas, así las subimos al blog y todos podremos verlas.

Ejercicios de Estilo





"En el transcurso de los años treinta, estuvimos escuchando juntos (Michel Leiris y yo) en la sala Pleyel un concierto en el que se interpretaba el Arte de la Fuga. Me acuerdo que lo seguimos muy apasionadamente y que, al salir, nos dijimos que sería muy interesante hacer algo de ese tipo en el plano literario (considerando la obra de Bach, no desde el ángulo del contrapunto y fuga, sino como construcción de una obra por medio de variaciones que proliferaran hasta el infinito en torno a un tema bastante nimio".

En efecto, fue acordándome de Bach muy conscientemente como escribí Ejercicios de Estilo, y muy en especial de esa sesión de la sala Pleyel; pero, ¿era, seguro, antes de la guerra? En cualquier caso, fue mayo del 42 cuando compuse los doce primeros (que, además, han quedado como los doce primeros del libro); pensaba limitarme a eso y titulé este modesto intento Dodecaedro, porque, como es sabido, ese bello poliedro tiene doce caras. El director de una revista muy distinguida que aparecía entonces en zona llamada libre mayo del 42 y que me había pedido un «texto», me devolvió el Dodecaedro con aire consternado, incluso diría con tristeza, como si hubiese querido jugarle una mala pasada.

Aquello no me impidió continuar; en agosto del 42, en noviembre del 42, en julio del 44, una docena más se añadió a Dodecaedro. En febrero de 1945, La Terre n'est pas une vallée de larmes, publicación surrealista y belga dirigida por Marcel Mariën, publicó nueve de ellos con el título Ejercicios de Estilo; una nota decía: «El autor piensa, de este modo, "tratar el mismo asunto". -un incidente real, por lo demás, y trivial- de un centenar de maneras diferentes. Seguramente esos cien capítulos idénticos en cuanto al tema no dejarán de provocar, leídos en hilera (sic), algún efecto en el lector.» Esta nota la había redactado yo, por supuesto.

En el transcurso de 1945, escribí otros dieciocho que aparecieron en diciembre del mismo año en Fontaine. En resumidas cuentas, en tres años, había redactado menos de cincuenta; todo el resto fue liquidado durante el verano de 1946 en Isle-sur-Sorgue. Me detuve en los noventa y nueve, juzgando satisfactoria la cantidad; ni tanto ni tan calvo: el ideal griego, vaya."

Raymond Queneau, 1963




Notaciones

En el S, a una hora de tráfico. Un tipo de unos veintiséis años, sombrero de fieltro con cordón en lugar de cinta, cuello muy largo como si se lo hubiesen estirado. La gente baja. El tipo en cuestión se enfada con un vecino. Le reprocha que lo empuje cada vez que pasa alguien. Tono llorón que se las da de duro. Al ver un sitio libre, se precipita sobre él.
Dos horas más tarde, lo encuentro en la plaza de Roma, delante de la estación de Saint-Lazare. Está con un compañero que le dice: "Deberías hacerte poner un botón más en el abrigo." Le indica dónde (en el escote) y por qué.




Relato

Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre.
Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.


Vacilaciones

No sé muy bien dónde ocurría aquello... ¿en una iglesia, en un cubo de la basura, en un osario? ¿Quizás en un autobús? Había allí... pero, ¿qué había allí? ¿Huevos, alfombras, rábanos? ¿Esqueletos? Sí, pero con su carne aún alrededor, y vivos. Sí, me parece que era eso. Gente en un autobús. Pero había uno (¿o dos?) que se hacía notar, no sé muy bien por qué. ¿Por su megalomanía? ¿Por su adiposidad? ¿Por su melancolía? No, mejor... más exactamente... por su juventud, adornada con un largo... ¿narigón? ¿mentón? ¿pulgar? No: cuello; y por un sombrero extraño, extraño, extraño. Se puso a pelear -sí, eso es-, sin duda con otro viajero (¿hombre o mujer?, ¿niño o viejo?) Luego eso se acabó, concluyó acabándose de alguna forma, probablemente con la huida de uno de los dos adversarios.
Estoy casi seguro de que es ese mismo personaje el que me volví a encontrar, pero ¿dónde? ¿Delante de una iglesia? ¿delante de un osario? ¿delante de un cubo de la basura? Con un compañero que debía de estar hablándole de alguna cosa, pero ¿de qué? ¿de qué? ¿de qué?


Retrógrado

Te deberías añadir un botón en el abrigo, le dice su amigo. Me lo encontré en medio de la plaza de Roma, después de haberlo dejado cundo se precipitaba con avidez sobre un asiento. Acababa de protestar por el empujón de otro viajero que, según él, le atropellaba cada vez que bajaba alguien. Este descarnado joven era portador de un sombrero ridículo. Eso ocurrió en la plataforma de un S completo aquel mediodía.




Punto de vista subjetivo

No estaba descontento con mi vestimenta, precisamente hoy. Estrenaba un sombrero nuevo, bastante chulo, y un abrigo que me parecía pero que muy bien. Me encuentro a X delante de la estación de Saint-Lazare, el cual intenta aguarme la fiesta tratando de demostrarme que el abrigo es muy escotado y que debería añadirle un botón más. Aunque, menos mal que no se ha atrevido a meterse con mi gorro.
Poco antes, había reñido de lo lindo a una especie de patán que me empujaba adrede como un bruto cada vez que el personal pasaba, al bajar o al subir. Eso ocurría en uno de esos inmundos autobuses que se llenan de populacho precisamente a las horas en que debo dignarme a utilizarlos.


Otro punto de vista subjetivo

Había hoy en el autobús, a mi lado, en la plataforma, uno de esos mocosos de los que no abundan afortunadamente porque si no, acabaría por matar a uno. Aquél, un muchacho de unos veintiséis o treinta años, me irritaba especialmente, no tanto a causa de su largo cuello de pavo desplumado como por la clase de cinta de su sombrero, cinta reducida a una especie de cordón de color morado. ¡Jo!, ¡el cabrón! ¡Cómo me cargaba! Como a esa hora había mucha gente en nuestro la autobús, aprovechaba los empujones de costumbre a las subidas o bajadas para hincarle el codo en las costillas. Acabó por largarse cobardemente antes de que o me decidiera a pisotearle un poco los pinreles para jorobarlo. También le hubiera dicho, para fastidiarlo, que a su abrigo demasiado escotado le faltaba un botón.


Propaganda editorial

En su nueva novela, tratada con el talento que le caracteriza, el célebre novelista X, a quien debemos ya tantas obras maestras, se ha esmerado en presentar únicamente personajes muy matizados que se mueven en una atmósfera comprensible para todos, grandes y chicos. La intriga gira, pues, en torno al encuentro en un autobús del héroe de esta historia con un personaje bastante enigmático que se pelea con el primero que llega. En el episodio final, se ve a ese misterioso individuo escuchando con la mayor atención los consejos de un amigo, modelo de elegancia. El conjunto produce una sensación encantadora que el novelista X ha cincelado con notable fortuna.


Ignorancia

Yo, no sé qué quieren de mí. Pues sí, he cogido el S hacia mediodía. ¿Que si había gente? A esa hora, por supuesto. ¿Un joven con sombrero de fieltro? Es muy posible. Aunque yo no miro descaradamente a la gente. Me importa un pito ¿Una especie de galón trenzado? ¿Alrededor del sombrero? Comprendo, una curiosidad como otra cualquiera, pero, desde luego, no me fijo en eso. Un galón trenzado... ¿y se habría peleado con otro señor? Cosas que pasan.
Y, además, ¿tendría que haberlo vuelto a ver otra vez una o dos horas más tarde? ¿Por qué no? Hay cosas aún más raras en la vida. Precisamente, recuerdo que mi padre me contaba a menudo que...




Versos libres

El autobús
lleno
el corazón
vacío
el cuello
largo
el cordón
trenzado
los pies
planos y aplanados
el sitio
vacío

y el inesperado encuentro junto a la estación de mil luces apagadas
del corazón, del cuello, del cordón, de los pies,
del sitio vacío
y de un botón.




Amanerado

Eran los aledaños de un julio meridiano. El sol reinaba con todo su esplendor sobre el horizonte de múltiples ubres. El asfalto palpitaba dulcemente, exhalando ese tierno aroma de alquitrán que origina en los cancerosos ideas a la par pueriles y corrosivas sobre el origen de sus dolencias. Un autobús, de librea verde y blanca, blasonado con una enigmática S, vino a recoger, junto al parque Monceau, un pequeño pero agraciado lote de viajeros candidatos a los húmedos confines de la disolución sudorípara. En la plataforma trasera de esta obra maestra de la industria automovilística francesa contemporánea, donde se amontonaban los transbordados como sardinas en lata, un pillastre que frisaba la treintena y que llevaba, entre un cuello de una longitud cuasi serpentina y un sombrero cercado por un cordoncillo, una cabeza tan sin gracia como plúmbea, alzó la voz para lamentarse, con amargura no fingida y que parecía emanar de un frasco de genciana, o de cualquier otro líquido de propiedades semejantes, de un fenómeno consistente en empujones reiterados que, según él, tenían como causante a un cousuario presente hic et nunc de la S. T. C. R. P. y le dio a su lamento el tono agrio de un viejo vicario que se hace pellizcar el trasero en un mingitorio y que, por excepción, no le apetece en absoluto tal delicadeza y no entra por uvas. Pero, al descubrir un sitio libre, se lanza en pos de él.
Más tarde, cuando el sol había bajado ya algunos peldaños de la monumental escalera de su parada celeste, y cuando de nuevo me hacía vehicular por otro autobús de la misma línea, observé al mismo personaje descrito anteriormente moviéndose en la plaza de Roma de forma peripatética en compañía de un individuo eiusdem estofae que le daba, en esta plaza consagrada a la circulación automovilística, consejos de una elegancia tal que no iba más allá de un botón.



Filosófico

Sólo las grandes ciudades pueden presentar a la espiritualidad fenomenológica las esencialidades de las coincidencias temporales e improbabilísticas. El filósofo que sube a veces en la inexistencialidad fútil y utilitaria de un autobús S puede percibir en él con la lucidez de su ojo pineal las apariencias fugitivas y decoloradas de una conciencia profana afligida por el largo cuello de la vanidad y por la trenza sombreril de la ignorancia. Esta materia sin verdadera entelequia se lanza a veces con el imperativo categórico de su impulso vital y recriminatorio contra la irrealidad neoberkeleyana de un mecanismo corporal inapesadumbrado de conciencia. Esta actitud moral arrastra al más incosciente de los dos hacia una espacialidad vacía donde se descompone en sus átomos elementales y ganchudos.
La indagación filosófica prosigue normalmente con el encuentro fortuito pero anagógico del mismo ser acompañado de su réplica inesencial y costurera, la cual le aconseja nouménicamente transponer al plano del intelecto el concepto de abrigo situado sociológicamente demasiado bajo.


Modern Style

En un ómnibus, una mañana, hacia mediodía, me fue dado asistir a la pequeña tragicomedia siguiente. Un petimetre, aquejado de un largo cuello, y, cosa extraña con un cordoncillo alrededor del bombín (moda que hace furor, pero que yo repruebo), pretextando de pronto una gran prisa, interpeló a su vecino con una arrogancia que disimulaba mal un carácter probablemente pusilánime y lo acusó de pisotearle de forma sistemática sus escarpines de charol cada vez que subían o bajaban damas o caballeros dirigiéndose a la puerta de Champerret. Pero el gomoso no aguardó en absoluto una contestación que sin duda le hubiese llevado al campo del honor y trepó raudo a la imperial donde le esperaba un sitio libre, pues uno de los ocupantes de nuestro vehículo acababa de posar su pie sobre el blando asfalto de la calzada de la plaza Pereire.
Dos horas más tarde, al encontrarme sobre la misma imperial, observé al pisaverde del que os acabo de hablar, que parecía disfrutar sobremanera con la conversación de un joven currutaco que le daba consejos superchic sobre la forma de llevar la esclavina en sociedad.


Injurioso

Tras una espera repugnante bajo un sol inaguantable, acabé subiendo en un autobús inmundo infestado por una pandilla de imbéciles. El más imbécil de estos imbéciles era un granuja con el gañote desmedido que exhibía un güito grotesco con un cordón en lugar de cinta. Este chuleta se puso a gruñir porque un viejo chocho le pisoteaba los pinreles con un furor senil; pero enseguida se arrugó largándose a un sitio vado todavía húmedo del sudor de las nalgas de su anterior ocupante.
Dos horas más tarde, qué mala pata, me tropiezo con el mismo imbécil que charra con otro imbécil delante de ese asqueroso monumento llamado la estación de Saint-Lazare. Parloteaban a propósito de un botón. Me digo: aunque se suba o se baje el forúnculo, mona se quedará, el muy requeteimbécil.


Distingo

Por la mañana (y no por Ana la maña) viajaba en la plataforma (pero no formaba en la vieja plata) del autobús (no confundir con el alto obús), y como estaba llena (no me como esta ballena) la masa chocaba (y no la más achochada). Entonces un jovencito (y no cito un joven) extravagante (no vago estragante) se dirigió (aunque no digirió) a un sujeto (pero no atado) pacífico (no Atlántico) enojándose (no desojándose) porque éste (no Oeste) le pisaba el pie (no le pispaba el bies).
Al cabo del rato (y no al rabo del gato) yo vi al tonto (no llovía a lo tonto) en San Lázaro (no el de Tormes) conversando con un amigo (no amigando con un converso) más meticuloso (mas no supositorio) en temas de indumento (y no mento más té hindú).

(1) Ediciones Catedra, S.A.,1999.

(*) Raymond Queneau (El Havre,1903-París, 1976) fue licenciado en filosofía, escribió poesía, novela y ensayo. De 1924 a 1929 su obra se encuadra en el movimiento surrealista; posteriormente pasó por un periodo de preocupaciones de orden existencial y, por último, fundaría un lenguaje nuevo y original, que recuerda un poco al de Joyce, del que forman parte la fantasía, el humor, el argot y el inagotable caudal de interpretaciones al que conduce la polisemia lingüística. En 1938 comenzó a colaborar en la Encyclopédie de la Pléiade, cuya edición coordinó durante 20 años (1955-1975), y en 1951 fue elegido miembro de la Academia Goncourt. Entre su obra destacan: Le grama (1933), en la que aparece ya la preocupación lingüística que sería determinante en toda su obra, Ché"ne et chien (Roble y perro, 1937), escrita en verso y de trasfondo autobiográfico, Pierrot, amigo mío (1942), con el que rinde homenaje a la retórica clásica, Los hijos del viejo limón (1938), Siempre somos demasiado buenos con las mujeres (1947), Zazie en el metro (1959), que un año más tarde fue llevada a la pantalla por L. Malle, El diario íntimo de Sally Mara (1962) y El vuelo de Ícaro (1975); y entre sus libros de poesía: Bucólicas (1947), Pequeña cosmogonía portátil (1949-1950), de carácter paródico, la recopilación Cien mil millones de poemas (1961) y Moral elemental (1975). Pero la fama literaria de Queneau se debe, sobre todo, a su obra experimental Ejercicios de estilo (1947). Fue fundador, junto a otras iniciativas, del grupo OLIPO ("Taller de Literatura Potencial"). No es fácil encontrar en nuestro ámbito cultural escritores de talante tan sugestivo.


sábado, 2 de agosto de 2008

Apuntes

- En Imboden padre hay que aglutinar, condensar un poquito los versos

- El orden tiene que tener los más introductorios al principio, el del bar (yávar) está bueno quizás para empezar.

- Falta matar al personaje Jonás, el tío.


G.

viernes, 1 de agosto de 2008

Marineros y marineras:

El plazo definitivo para los poemas de Villa cerro 15 es el lunes 4 de agosto.
el que entrega, bien; el que no, queda fuera del barco a expensas de los tiburones.
recuerden por favor: lunes 4 de agosto.

el plazo para el poema basado en la imagen fotográfica o pictórica es el lunes 11 de agosto.

tienen que comenzar a enviar los dos mejores poemas de cada uno ( o las dos mejores páginas de cada uno) para recibir las sugerencias de los demás y para completar una estructura de libro que va a consistir en

poemas de ustedes (2, más o menos)
cerro15 (lee masters)
poemas sobre imágenes
poemas sobre after life de hirokazu kore eda


con los poemas que lleguen dentro de esos plazos trabajaremos. necesitamos apurar un poco los nudos del derrotero.

si encuentran algo de Denise Levertov, denle una mirada o súbanlo al blog. vamos a revisar algunas cosas sobre oficio y poética de ella

saludos a todos desde cubierta,

último grumete
(G)

DANIEL DARKO

Soy Charles Manson y ya es hora de la verdad. Villa Cerro 15 nunca nació de una biografía imaginaria, sólo de algunas lecturas negras con la compañía del mejor amigo del hombre: Cerbero. Ser hijo ilegítimo de una prostituta es un privilegio aquí en Babilonia, y aún no me refiero a las voces. Mi madre cuando casi conoció la destrucción ficticia me confesó que los leprosos de esta caverna han dejado una marca en mi frente, la Visión. Todavía creo que sólo es la esperanza póstuma y absurda de todos mis victimarios, sé que me extrañarán. Tú sabes, Daniel, han ensuciado nuestras almas, ¿recuerdas cuando fuimos abusados sexualmente? Ellos sabían que las tumbas tenían este epitafio: mis amores inmisericordes más malos que la sangre. Anoche le cortamos los pechos a una mujer embarazada, y era muy tarde para arrepentirse. Al fin me borro, para siempre, aunque nuestras bocas son partos, Charles, y la catatonia haya sido una rara mezcla de LSD y clizamina.

Jonás , el tío.

FALTA MATAR AL PERSONAJE (REVISAR SPOON RIVER)

Domingo por la tarde

en la calle Santa Maria ,

días de verano;

los grifos abiertos

y las patas mojadas

los muchachos en el barro

los cuerpos delgados

los muslos fuertes

las narices sucias

Los pantaloncillos cortos,

deseando,

deseándolos, y

deseándose.



Fui el público, la barra, la bulla,

el tío, el compañero y el maestro;

y por dentro,

la bestia, el violador, el enfermo, el impúdico

en secreto

hasta el día,

en que me robé la boca de Manuel ,

Y lo espere

en la esquina, junto el almacén

con los labios apretados, y con la más dulce

colonia inglesa.



Pequeño muchacho de piel blanca de luna,

tan frágil que me saliste,

cuando te monte encima,

te derrumbaste como cristal;

creí que era un juego de esos que inventábamos ,

mientras te ponías tus calcetas para el partido,

creí que era un juego cuando gritabas.

La Carola

Aquí yace la más linda,

la cariñosa

la reina.

Así debía ser nomás.

Los hombres me miraban,

Las mujeres me envidiaban.

Diosa entre los puestos de fruta

sola entre miradas curiosas.

al caminar en la oscuridad de Cerro Quince.

Cerca del bar de Don Oscar y la esquina

en donde la Galaxia y la María se peleaban a los clientes.

Un hombre

-¿tení fuego?-

Su rostro se desfigura al ver el mío,

sus ojos se inyectan en sangre;

cuatro disparos en mi espalda

calmaron su ira.

Seis metros bajo tierras baldías

sepultaron mi dignidad.



Nunca me olvidarán.

Hasta me proclamaron "Milagrosa".

Un diminuto altar

en el lugar donde sucumbí

reemplazaba mi cuerpo

junto a imágenes, velas

y un Cristo

Sí, Cristo: el mismo que me envió

a vivir encerrada en un cuerpo erróneo

y me obligó a convivir

entre

INFIERNOS.

Arturo Domínguez

Es cierto, yo fui ese viejo de la Cerro 15.

Nunca me vieron saludar a algún vecino, y aquello jamás me importó.

Por mi, que el barrio hubieses sido terreno de ensayos nucleares.

Lástima que eso nunca sucediera.

Nunca estas calles mugrientas se convirtieron en cenizas.

Nunca barrieron con los borrachos que en los veranos se robarán la sombra del que fue mi árbol.

Nunca eliminaron a los Kevin, Jonhantan, Allison y Yasmines.

Nunca quemaron viva a la puta María , esa hedionda que le abría las piernas hasta a los quiltros.

Nunca metieron presos a los traficantes y nunca le dispararon

aunque sea de pura casualidad, a ese idiota de apellido Poblete.

Nunca le prohibieron al zapatero y a la costurera seguir con sus negocios,

nunca clausuraron los almacenes, bazares y ferias libres para construir

por fin

un mall en el terreno eriazo donde está la animita de La Carola.

Camilo Imboden

“Un hombre mató a su hijo y luego se intentó suicidar”

Diario comunal

Me buscaste en la escuela

Estabas nervioso

cuando ya era de noche

me arropaste

dijiste: buenos noches hijo

mañana estaremos con tu madre

tenía solo ocho años y soñé:

burbujas de colores

salían de mi cuerpo

zumbidos, televisores sin señal

alguien lloraba

en la casa de los mongolos.

mis juguetes se perdían para siempre

pero yo reía, imaginaba cada letra

de la palabra movimiento

cubierta, protegida.

Y de pronto el click

accionaste la pistola

la metiste en mi frente

primero el impacto

después el ruido

no alcance a despertar

caíste y seguí levantándote

con mis manos de niño

el hambre arrulladora

por tener un padre

quedé en posición fetal

me tome de los brazos

ya era todo de luz

no hubo dolor.

Imboden Padre

Nooo
Lo siento
Abro la boca
No siento oxigeno
No siento tu olor, a piel húmeda
Lo siento
En mis bolsillos
Lo siento
No hay algo más que pelusas
Lo siento
No siento
Tengo a cargo
Mi vida y otra
Me corrompe mi sueño

Que es más importante
Que mi propio latido

Es más esencial que el desayuno
Que no estuvo presente
A la salida del sol

Lo siento
No te siento

Te espere
Como lo habías prometido


Nunca llegaste

Caídas sin levantarme

Lo siento

Te necesito a mi lado

Nuestra familia será codiciada
Como la sobra te codicio a ti

Nuestras sonrisas
Se volverán a unir

Seremos 3
Ojalá 4

Pienso en nuestro futuro próximo


Te llevare sin darte cuenta


Cierra los ojos
Ciérralos ya

Que no soporto
Tu hambre en mis oídos
Lo siento ya ¡

No habrá dolor
No habrán cicatrices

Ni recuerdos
Te lo prometo

Estaremos ahí
Solo en un clic


No me impacientes
Sonrisa de ángel
Con tus alaridos
De estomago de paredes unidas


No digas más

¡Silencio!
Necesito concentración

Solo un clic
Estaremos ahí

Cuando caiga
El brillo
Y salga la sombra

Doña Cecilia

Le dí mi vida con sangre y dolor.
exhalé mis sueños en su oído mientras dormía.
Sudé día y noche para que él pudiera ser mejor.
Dejé que construyera su vida en los restos de la mía.

Sin embargo un día acepté la realidad de golpe,
unos tacones blancos caminando seguros
derrumbaron todos los castillos en el aire.

Luego te eché, lloré, maldije al mundo
y seguí llorando mientras rezaba por tí
por mí
por tí.

No volviste a mirarme al otro día,
a la otra semana,
al otro mes.

El bar se volvió mi casa.
Todo se sucedió tan rápido.

Cuatro disparos me despertaron,
tres noches no dormí,
dos vidas se perdieron
y una vela quemó mi orgullo.

Maria Seleparecía, prostituta

Me volví verdadera solo porque el disimulo se tornó infinito

nací con abundancia de líbido en los huesos

surgí prostituta por un exceso de pobreza en los ojos.



Al principio



Imitaba a Galaxia, la otra puta hija de mi papá,

también, como ella, yo les advertía no besarme la boca

el beso debía seguir siendo algo verdadero

(así pasa cuando se negocian sentimientos)



Pero al final



Nadé tan profundo en todo lo falso de la piel

que emergí del otro lado de las cosas.

Ese día me volví un ser humano, te lo juro

enamorada de mi hasta perderme



Lo malo que tenía que ser el final

ese día.



Ahora estoy muerta.

Zulemita

Fui yo don Florindo

el mongolo maker

de la Villa Providencia.

—De tanto tirarte a tu hija

te atormentarán los monstruos— decían

pero lo único monstruoso

fue la muerte de mi mujer

y lo horriblemente mal que tiraba mi hija.

Un idiota por llanto

y tres llantos

libraba Zulemita:

por el puto pater familia

por la mater puta dolorosa

y por la muerte puta

que la despreciara antes y después

de cada una de mis visitas

n o c t u r n a s.

Tres monstruos por llanto

suerte la mia

que no llorara más de tres veces

1

Carola, la mayor, mi hija nieta

fue mongólica pero caliente.

Suerte la nuestra

que le sacaran el útero.

Desde entonces

Zulemita está tranquila

loca, pero tranquila (ya no la visitaba por las noches)

y Carola, mi hija nieta

me obedecía (me recibía) sin reparos.

2

Cristián, el del medio, mi hijo nieto

fue mongólico pero tranquilo.

Suerte la nuestra

que le diera epilepsia

y que muriera de un solo golpe

en la cabeza

que se diera

tras un desmayo.

Zulemita ya estaba loca

nunca

se dio cuenta de nada.

La pobreza nos embargaba.

A buena hora hubo

una boca menos que alimentar.

3

Zulemita, la menor, mi hija nieta

la llamé como su abuela y su madre hermana.

Ella fue mi tontita regalona.

fue mongólica pero mimada

porque, ya viejo

no podía tocarla de otra forma

entonces la acariciaba

hasta que la muy perra

se vengara

por su abuela y su madre hermana,

volteándome una olla de agua hirviendo

mientras dormía en mi cama.

Lo último que vi

mientras agonizaba

fue a Zulemita

que gritaba su nombre

el mismo nombre

que tantas veces

lo hice

mío.

Juan Bravo (El Carnicero)

A los once me agarre a una gallina

a los diecisiete me pesque el ganado

mi padre me sorprendió y me arrojo a la calle



Así llegue a la Villa Cerro 15 a trabajar

como ayudante de carnicero

fui el mas hábil del lugar

y lo que mas me gustaba era:

1-estrujar intestinos

2-sacar pedacitos de grasa.


Usted me decía: quiero filete

y yo filete desgarraba


Usted me decía: cuarto de posta molida

y yo molía cuarto de posta


Tenía una rabia tan grande como un sol

si, yo tenía una rabia sola

Así que corté para matar angustias

imaginaba en el trabajo que

arrancaba las criadillas de mi padre

la pana del jefe o el corazón

de la chancha Juana de la esquina

entre otros

en un descuido me rebane el pulgar

la muerte fue desde adentro para afuera

así es la muerte digo yo.



Se inflo la mano, el brazo

luego ardía la garganta

clave el cuchillo

intentado deshinchar las entrañas

sangre brotaba blanca

burbujas en la boca

un cordón grueso de grasa se extendía

de la nuca a los pies

bilis en el piso

la herida no sanaba

y una costra que crecía


Pasaron semanas y me dije a mi yo:

no soy de los que gritan


¡Yo aguanto!


Entonces habló mi carne, si, mi carne como la única voz

toda la villa olio a tripas

mi cuerpo fue encontrado rodeado de larvas y moscas

ese fue el velorio de insectos en dos semanas

tuvieron que venir muchos vecinos para levantarme

estaba pegado a las sabanas así que me envolvieron

me arrastraron hacia la entrada y me echaron a un baúl.


"Padde nueno quehtas en dos diedos

dandivicado dea tdu nomde..."


Repitieron siete u ocho veces la oración

mientras me acarreaban al basural

SERGIO LOPEZ

Aquí yace mi cuerpo olvidado así me pagan

nunca hubo una palabra de agradecimiento para quien hizo de Cerro 15

una villa pacifica y segura.

En nuestro barrio nunca se registraron asaltos, robos o asesinatos

ninguna puta trabajaba más de la cuenta…

jamás fue esta villa posadero de mafiosos y cafiches

siempre tuvimos los mas altos porcentajes de empleo

y nuestras cárceles rehabilitaban a cuanto presos caía.

Levante cuanto edificio pude;

Escuelas, bibliotecas, hospitales, manicomios, parques,

asilos, discotecas y el más grande de los cementerios

Si, el más grande de los cementerios…

cementerio que después de una lluvia de piedras

propinadas por quienes me eligieron (malditos malagradecidos)

inauguré con los huesos que se pudren en mi tumba

Oscar, Dueño del Bar

Tenía el mejor bar de la villa cerro 15

y fui padre de dos hermosas criaturas

cuyos nombres ya no importan porque ahora

se hacen llamar Galaxia y Maria, las dos Putas.

Podría hablarles de sus desventuras

pero esa también es otra historia.

Mi bar estaba lleno de glamour y sofisticación

lleno de gente con trajes italianos

igual que los clubes que frecuentaban los mafiosos de mis películas favoritas

Al Capone, Carlito Brigante, Donnie Darko, Carlitos Way,

¡genios criminales, puro estilo!

No como los fanfarrones que vienen a revender

unos cuantos gramos de droga cortada.

De una subasta ilegal, me trajeron

el mismo encendedor que usaba El Padrino

(sabiendo que era falso, pero para mantener encendida

la ilusión del glamour, lo compré)

Era de plata, pesado, brillante y hermoso.

El mismo encendedor que nunca fallaba

y que caía en cámara lenta

Tenia claro que alguna vez la policía encontraría

mi boliche camufla

En aquel caso, terminaría por quemarlo todo

pero nunca pensé que se adelantarían a mis pasos

ni que el bar se convertiría en mi propia urna.

Nunca supe quien fue, pero si supe…

que mi encendedor cayó en cámara lenta

y sin apagarse,

no al menos hasta terminar con la ultima ceniza.

Rodrigo Riquelme “ El celeste”

Bebiendo en el bar de Oscar

me encontré con Pablito a mi lado

tenía cara de calavera y no podía más.

Le bastaba compartir a las estrellas todas las noches,

mas no a Galaxia. Supe a quien se refería.

A este cabro lo conocí de pequeño

cuando le daba algunas monedas.

Aún no veía humo ni se distorsionaban los trazos de las formas,

supongo que estuve cuerdo

y cuerdo le dije que le dijera:

"o dejas ese trabajo de mierda o te mato"

y le pasé mi navaja de filo cuando ya no estuve tan cuerdo.

El tiempo lo vertió todo en mi vaso de vino vacío.

Pablito se desvaneció de mi lado.

Me había dicho que iba donde Galaxia

y mi mente cinematográfica reprodujo a ese hombrecillo

entrando a la remolienda, deleitándose con la piel de la putita,

Al día siguiente lo vi; me devolvió el cortante

con su hoja reluciendo húmeda y rosada

pero de la putita no he sabido ni le pregunté nunca más.

Creo que hoy al fin la veré.

sábado, 26 de julio de 2008

PUNCTUM - Martín Gambarotta


1

Una pieza

donde el espacio del techo es igual

al del piso que a su vez es igual

al de cada una de las cuatro paredes

que delimitan un lugar sobre la calle.

La bruma se traslada a su mente

vacía, no sabe quién es y el primer

pensamiento "un perro que se da cuenta que es perro

deja de serlo'' vuelve a formar parte

del sueño pero aparece, difusa,

la maceta: una pava abollada con plantas

en el centro de la mesa: dos caballetes

sosteniendo una tabla de madera

--entonces está despierto.

Las manchas de óxido en el cielo--

el color de la luz sobre las cosas, el cielo

que se retrae y es óxido borroneado

entre sus ojos y cae dormido de nuevo, pero aparece

un orden en la materia despierta.

La ubicación lúcida

del lugar en el día, el ruido,

el cuerpo latiendo,

la ruina de una idea que corre

por una red de nervios,

palabras de acero

contenidas en un soplo:

un orificio cabeza de alfiler

en una cavidad del corazón.


El resto en: http://www.fogwill.com.ar/punctum.html

viernes, 25 de julio de 2008

Un día Oropélida decidió tirar la casa por la ventana. Varios vecinos murieron bajo el peso de las cacerolas. Y cuando lanzó el lavarropas se derribó un pino sobre una casa. El barrio fue declarado en emergencia.
Oropélida se salvó de ir a la cárcel alegando problemas psicológicos pero nunca escarmentó.
Nadie se explica por qué en días de luna llena aparece en la vereda un trapito rejilla
nuevo.


Yo vi una noche a Oropélida inmersa en su rito:

se perfuma despiadadamente

desnuda, sale al balcón

mira sin mirar

tira algo

propio o ajeno

(si es querido mejor)

cierra los ojos para no sentir vértigo

y se ratifica que

ningún acto de amor

es posible.

Que nada nos mire.
Que nada nos vea.
Que nada nos toque.

Que nada nos mire.
Que nada nos vea.
Que nada nos toque.

Que nada nos mire.
Que nada nos vea.
Que nada nos toque.


Que las cabezas de los vecinos

caigan.

Que los vecinos no tengan cabeza.

Que las cabezas de todos los vecinos se sienten a la mesa.

Que todas las cabezas se amen y hablen de mí.


Que sólo coman dulce de naranjas


amargo

y un ají


picante.

DEL LIBRO “LA PERVERSIÓN” (inédito)


Una madrugada, mientras transitábamos una ruta cordobesa, Pupé y Oropélida convocaron a un gran genio mono.
El genio era muy bueno y se divertía con nosotros. Levantaba torpemente en el aire, con sus garras peludas, el cochecito en el que íbamos.
Concedía
todo lo que le era pedido.
Aunque Pupé estaba realmente asustado, como es muy respetuoso, no decía nada y dejaba caer los párpados cuando el genio lo miraba. En cambio Oropélida no paraba de pedir incluso en otros idiomas. Se había puesto un bonete y los miembros de su cuerpo terminaron enredándose con sus propias palabras, convirtiéndose en una araña verde venenosa
pero graciosa.
Así seguimos durante días en ese vaivén y yo no hacía más que vomitar.
Gracias al genio conseguimos tener un Citroën azul, uno rojo y uno amarillo.
Hasta que un día comenzó a llover y Oropélida a reclamar en sueños, debajo de su baba transparente, autos y más autos.
El genio, que era alérgico y sensible, se deprimió y como ya no podía responder, salió corriendo bajo la lluvia y en un arroyuelo cordobés se suicidó.

Poética

Entiendo a la poesía como una forma de meditación.
Contemplo, medito, transformo.
La poesía me permite la creación de una nueva realidad.
Se puede partir de cualquier lugar. Y eso me parece maravilloso.
A veces esos “lugares” vienen a mí, otras, salgo en su búsqueda.
A veces intento la explosión de los objetos contemplados,
Otras describo las imágenes que tengo, estando despierta
o las de mis sueños o ensoñaciones.
Valoro la ironía y el humor, también la manifestación de lo siniestro.
Me gusta jugar. Trato de disfrutar del proceso de escritura y
de mis textos en sí, aunque no siempre es posible. Puedo
sentir odio o amor por lo que escribo, alternativamente.
Y también sufro de ansiedad.
La poesía es de todos, está en todas partes y puede ser escrita por todos.

En días de luna llena aumenta mi inspiración.

Selva Dipasquale




Selva Dipasquale: nació el 8 de noviembre de 1968 en la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Publicó su libro "Camaleón" con la Editorial Tsé-Tsé en 1998 y una Plaqueta de poemas "Teoría de la Ubicación en el Espacio" con el Grupo Seis Sellos, en 1996, ambas editoriales de Buenos Aires. Integra las Antologías de Poesía Joven Argentina: "En la fisura", Buenos Aires, Ediciones del Dock, 1995 (selección Daniel Freidemberg) y "Monstruos" publicada por el Centro Cultural de España (ICI) dependiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y el Fondo de Cultura Económica (selección Arturo Carrera). En el 2001 obtuvo 2 becas en otorgadas por la Fundación Antorchas de su país: Taller de Poesía y Residencia en el Banff Center for the Arts (Canadá) durante los meses de septiembre a noviembre para finalizar un libro de poemas. Actualmente reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Artocarpa





Atrapé a la gula por una trenza
y me la senté en las rodillas.
Cómo pesaba.
Su cabello de chilacayote;
sus pómulos de mazapán barnizado,
con perfectos círculos cereza;
su sobaco, al abrazarme, fragante a aperitivo.
Era bastante pazguata, la pobre.
—Ea —le dije, simulando satisfacción—, te quedas y,
como la sabiduría popular previene que
la mujer en casa, y con la pata rota,
tú dirás cuál te quiebro, de preferencia
por la mitad. Ocupó entonces mi asiento,
extendió una como Felipe II, yo
procedí— y oh, sorpresa:
sonó (y sentí) como si partiera una excelente barra de pan.

Edipo al cubo




Con dos tijeretazos cayó su pantycelyn
y la contemplé desnuda, canosa por encima y la mitad,
curva como un signo harto interrogativo,
apoyada en el bastón de magnesio
sobre un montón abundoso de ropa sórdida.
La empujé al box-spring y temí por su esqueletamen;
fue arduo lograr que subiera las piernas
pero era excitante aquella risa cascada al intentarlo.
Advertí asimismo que los pies edematosos eran suyos, no míos:
inconsecuencias del mundo sublunar.
Nunca se tienen ochenta años en balde,
warte nur, balde-
::::::::::::::::::::mas tampoco anticipemos.

Besé la boca de tanino arcaico,
avanzando la lengua por una brecha de dientes faltantes
::::::y adyacentes;
compilé un seno con ambas garras,
lo plegué sobre sí mismo dos veces a lo largo antes de estatuirlo,
y entre un acceso de tos (productiva) de doña Violante
tres dedos míos le exploraron el pabellón de un oboe sumerso,
forrado interiormente de papel de china.
Descendí entre aquellas rodillas arrugadas como codos:
luego de haber hipotecado mi tolemaico existir
(si bien no en este orden)
por el olor amazónico de alguna criatura trecena,
el agreste del cuarto o quinto lustro,
el monárquico (y constitucional) en la especie madura
—ahora olía igual que cuando uno acompaña a los condenados
::::::rumbo al auto de fe
y en el cortejo se cuela un chivo poco expiatorio y las beatas
::::::::::huyen batiendo sus tocas.
Ella tiritaba como una itzcuintla, tiritaba pese a mi pasión,
expuesta en cueros a las intemperies de la discreta lámpara,
y yo, atosigado al adherir a su natilla de carcoma el
::::::::::vigésimo timbre postal,
le salté súbito encima, loco puma,
y cubrirla, estrujarla, gritarle mi pío al oído (hasta
::::::que entendiera).

Mientras yo la embestía sin cuartel,
ella, con un pulgar y el índice,
se meneaba un colmillo flojo, color ocre,
y crujía toda del dolor agridulce, retorciéndose,
cuchicheando frases truncas entre carrasperas
hasta que, al aproximarse a la cima,
consiguió arrancárselo,
se realmió una raya de sangre, lo toró sobre mi hombro
—y me detuve en seco,
pues sonó que rompía algo de cristal fino, tal vez una ilusión.
Corrí a encender la luz del techo, busqué a gatas, pero
::::::nada hallé.

Ignorancia

Cuando se quita del labio usted el epíteto escupiéndolo
:::::::::::al rostro de la amada,
siente usted que ha cumplido, hasta que le sale otro,
:::::::::::v. gr. de tabaco,
y el proceso se repite ad nauseam.
Lo malo es esa manigua poblada de grillos y leopones,
:::::::::::esa insuflación de burbujas en el tuétano
—en una palabra, todo lo que hormiguea, desazona
:::::::::::un rato y hace amanecer los lunes
pensando
cómo será que a mis tíos y tías los poetas
les escurre lo que relatan
y viven para contarlo.

Gerardo Deniz


Gerardo Deniz nació en la ciudad de México, en 1970, con la publicación de AdredeDiálogos, la revista de Ramón Xirau). Libro abundante en sorpresas verbales y no pocas dificultades, "que al principio nos confunden pero que avanzada la lectura aceptamos de pronto", según escribió Ulalume González de León, lectora excepcional de ese primer texto. A diferencia de la mayoría de los críticos que se han ocupado de su obra, considerándolo excéntrico y "de vanguardia", esta autora mostró que la poesía de Deniz se inscribe en la tradición poética de Occidente: la multirreferencialidad tiene la edad de la poesía, los poemas multilingües son de raíz medieval, la incorporación del lenguaje científico es parte de la vieja tendencia a ensanchar el vocabulario poético, etc. (Vuelta, agosto 1978). En su siguiente libro —Gatuperio, 1978— radicalizó sus recursos: una soberbia libertad de sintaxis, un continuo cambio de registros en su habla, una adjetivación insólita. Su humor apareció entonces en plenitud: irónico, sarcástico, negro en ocasiones, cruel cuando la situación lo amerita, un humor ácido, paródico, sumamente escatológico, siempre al servicio de la inteligencia. Sus blancos predilectos los enumeró, a propósito de su tercer libro (Europa, 1986), Aurelio Asiain: "La presunción vana de los poetas, la estupidez erudita, los delirios del pensamiento doctrinario, la mala fe de las buenas conciencias, el desamor, la hiel negra de las ciudades, las vejaciones de la burocracia, la naturaleza 'Sucia del ser humano'". En Picos pardos (1987) ensayó una suerte de poema novelesco, con un escenario reconocible y un tramo lógico y delirante a un tiempo. "Todo el arte puesto —escribió Eduardo Lizalde— al servicio de la literatura más admirablemente resistente; lo poético más magistral y voluntariamente mal manufacturado." A Picos pardos le seguirán MansalvaGrosso modoAmor y oxidente (1991), Mundonuevos (1991), Op. cit.Ton y son (1996) y LetritusDiccionario de autores latinoamericanos, "lo más atractivo de su obra son los poemas largos, o series de poemas, en los que actúan y dialogan algún personaje histórico o literario y un interlocutor menos ubicable (el Capitán Novo y un tal señor Aronnox en Gatuperio, Comille Flomarion y un señor Spero en Amor y oxidente) en lo que terminan siendo verdaderas novelitas filosóficas pobladas de aventuras, que pueden releerse indefinidamente (porque nunca se las termina de entender), siempre con placer". Más tarde publicó un formidable libro de extraños relatos, Alebrijes (1992), el volumen de heterodoxos ensayos Anticuerpos (1998), el autobiográfico Paños menoresPoemas (2000), una original colección de poemas acompañados de sus respectivas exégesis: Visitas guiadas (2000) y Fosa escéptica (2002). (o tal vez dos años antes, al publicar "Tres poemas" en (1987), (1992), (1988), (1996). A decir del novelista argentino César Aira, autor de un notable (1999), una antología poética bilingüe:Poemas (2000), una original colección de poemas acompañados de sus respectivas exégesis: Visitas guiadas (2000) y Fosa escéptica (2002).

Coral Bracho


Coral Bracho, MÉXICO (1951). Escritora mexicana. Nació en la ciudad de México. Profesora de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México, ha trabajado en la elaboración de un diccionario del español hablado en su país y ha formado parte del consejo de redacción de la revista La Mesa Llena. Su poesía vincula el plano de la metáfora con la transfiguración erótica y para ello se sirve del tránsito y la mezcla de los reinos mineral, vegetal, animal y humano. El poeta Néstor Perlongher, en su antología Caribe transplatino, cita a Coral Bracho como uno de los ejemplos de poesía neobarroca latinoamericana. La escritora obtuvo en 1981 el premio de poesía de la Casa de la Cultura de Aguascalientes con el libro El ser que va a morir. Ha publicado también Peces de piel fugaz (1977), Tierra de entraña ardiente (1992, en colaboración con la pintora Irma Palacios) y Jardín del mar. Han sido editadas dos recopilaciones de sus poemas: Bajo el destello líquido y Huellas de luz.

Ha traducido, entre otras obras, Rizoma, de Gilles Deleuze y Félix Guattari, y Apuntes angloafricanos, de Doris Lessing. En el año 2000 fue becaria de la Fundación John Simon Guggenheim; por Ese espacio, ese jardín obtuvo en 2003 el Premio Xavier Villaurrutia. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte. (Fuente: Fundación Metáfora)

Oigo tu cuerpo


Oigo tu cuerpo con la avidez abrevada y tranquila
de quien se impregna (de quien emerge,
de quien se extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad
cifrada (suave oráculo espeso; templo)
en los limos, embalses tibios, deltas,
de su origen; bebo
(tus raíces abiertas y penetrables; en tus costas
lascivas -cieno brillante- landas)
los designios musgosos, tus savias densas
(parvas de lianas ebrias) Huelo
en tus bordes profundos, expectantes, las brasas,
en tus selvas untuosas,
las vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas;
(ábside fértil) Toco
en tus ciénegas vivas, en tus lamas: los rastros
en tu fragua envolvente; los indicios
(Abro a tus muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz)
Oigo en tus légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios
-siglas inmersas; blastos-. En tus atrios:
las huellas vítreas, las libaciones (glebas fecundas),
los hervideros.

¿le puedo hacer una pregunta?




"¿Le puedo hacer una pregunta?"

El sol transcurre entre las nubes
como tibia cascada. Estamos encima de ellas,
encima de la tierra y el mar
y el cielo es una vasta
plenitud sostenida. "Una pregunta,
óigame bien:
¿Si a usted,

si a usted le hubieran consultado...?"
Como los ojos suaves de esta niña ante el mar,
como su calma nítida.
"¿Le puedo hacer
una pregunta?"

(Un asiento adelante
el gris luido de la cortina encubre
este mar silencioso.)

Miro sus ojos a contraluz,
fijos e inquietos
y casi secos.
"¿Si a usted...?"

Veo el metal, su perfil,
entre la trama blanca. El azul.
Cambios de matiz, de textura, en el caudal
de la cortina. La cabeza que escucha,
que voltea "¿Quiere algo de tomar?"

Sus ojos, tercos, me ven de frente:
"¿Si a usted,
si a usted le hubieran preguntado
si quería o no nacer?"

"Haga la prueba –me dice–,
pregunte también usted; a sus parientes,
a sus amigos;
¿y usted, sí, usted –ojos ariscos
y brumosos frente al arco de luz–
qué hubiera dicho?"

Sombra


Por la sombra
que formulan los pliegues
sobre el muro de cal
nadie descifraría la forma de esta apacible
cortina azul:
triángulos, fauces, crestas,
estalactitas, bloques agudos
y caóticos.

La penumbra del cuarto


Entra el lenguaje.

Los dos se acercan a los mismos objetos. Los tocan
del mismo modo. Los apilan igual. Dejan e ignoran
las mismas cosas.

Cuando se enfrentan, saben que son el límite
uno del otro.

Son creador y criatura.
Son imagen,
modelo,
uno del otro.

Los dos comparten la penumbra del cuarto.
Ahí perciben poco: lo utilizable
y lo que el otro permite ver. Ambos se evaden
y se ocultan.

Una avispa sobre el agua


La superficie del agua es tensa
para una avispa,
es un sendero múltiple fluyendo siempre
como el tacto del tiempo
sobre la hondura quieta
de un corto espacio.

Corto es el tiempo
en que flota; corta
la distancia en que gira
por incesantes laberintos,
remolinos inciertos, llamas,
y transparencia
inextricable.

Imagen al amanecer



El agua del aspersor cubría la escena
como una niebla,
como una flama blanquísima, dueña
de sí misma, de su brotar cambiante, de su pulso
ritual
y cadencioso.
Un poco más allá y más allá hasta
tocar las rocas. Lienzos de sol
entre la cauda humeante; lluvia de cuarzo; interno
oleaje
silencioso. Un mismo
denso
movimiento lo centra; lo ahonda
en su asombrado corazón. Profundo, colmado
vórtice.
Renace, tenue, su palpitar. Marmóreo y lento
borbollón luminoso.
Un poco más allá, más allá, su tacto límpido
se estremece. Son remanso
las rocas
a su enjambre estelar, a su incesante,
encendida nieve. Por un momento se cubre
con su seda el jardín. Suavemente
los troncos ceden
y van tendiéndose sobre el pasto;
largas sendas oscuras bajo el tamiz
que inunda el amanecer. Cuando su lluvia
se ha expandido hacia el este
pesan menos las sombras
y los troncos se adensan y se levantan.
Vuelve entonces el arco
a resplandecer. Una llama reciente nubla la escena,
un olor de magnolias
y rocas húmedas.

jueves, 24 de julio de 2008

Invitación



Muchachos, los invito cordialmente a publicar en el blog. Sólo 10 personan me han mandado su gmail y creo que somos más que 10. Los que no lo hagan van a quedar debajo de la mesa, pues únicamente se puede publicar acá con una cuenta de gmail.

Espero que me manden pronto sus correos y nos vemos el lunes.

Abrazos mil

A

Opening


Muchachos, con esta imagen inauguro nuestro nuevo blog.
Espero que me envíen pronto sus mails para que puedan administrarlo junto conmigo. Es fundamental que se creen cuentas de gmail, porque de lo contrario no podrán administrar el sitio. OJO con eso!!.
Por lo pronto, subiré en esta página varios enlaces que nos servirán para las tareas que ha dado Germán, se escribirán acá los trabajos a realizar para las futuras sesiones así que les agradecería que me refrescaran la memoria porque tengo cabeza de pollo!!!
El nombre del blog tuvo que ser cerro 15 por que todos los otros nombres tentativos que tiramos en clases ya estaban ocupados (no había disponibilidad) y pensé que este sería recordable, porque es lo único en conjunto que tenemos, todos lo conocemos y buehhh no pude ser más creativa por el momento. En todo caso, no se preocupen, pues todo está sujeto a cambio en blogger y se puede modificar desde la template (lo que sería una puta joda) hasta la dirección url así que todo bien.
Cualquier aporte se agradece.
Un abrazo a todos y espero que les guste

A.