viernes, 1 de agosto de 2008

DANIEL DARKO

Soy Charles Manson y ya es hora de la verdad. Villa Cerro 15 nunca nació de una biografía imaginaria, sólo de algunas lecturas negras con la compañía del mejor amigo del hombre: Cerbero. Ser hijo ilegítimo de una prostituta es un privilegio aquí en Babilonia, y aún no me refiero a las voces. Mi madre cuando casi conoció la destrucción ficticia me confesó que los leprosos de esta caverna han dejado una marca en mi frente, la Visión. Todavía creo que sólo es la esperanza póstuma y absurda de todos mis victimarios, sé que me extrañarán. Tú sabes, Daniel, han ensuciado nuestras almas, ¿recuerdas cuando fuimos abusados sexualmente? Ellos sabían que las tumbas tenían este epitafio: mis amores inmisericordes más malos que la sangre. Anoche le cortamos los pechos a una mujer embarazada, y era muy tarde para arrepentirse. Al fin me borro, para siempre, aunque nuestras bocas son partos, Charles, y la catatonia haya sido una rara mezcla de LSD y clizamina.

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